miércoles, 25 de noviembre de 2009

Monte en un monstruo (II)

El viaje era perfecto, alcanzaba a sentir un poco el viento, la velocidad expuesta en millas me hacía sentir como en una montaña rusa, wow, solo indescriptible, era un sueño hecho realidad.

Avanzamos en la carretera y llegando a Sincelejo paramos a desayunar, no fui capaz de comer mucho, solo un juguito y en cuanto a alientos estaba lista para seguir, pero luego de unas tres horas seguidas montada en el monstruo ya no tenia ganas de volverme a montar.

Seguimos la ruta, tuvimos que hacer varias paradas porque el cuerpo simplemente no aguanta, la posición en un super bike sobre todo para el copiloto no es la mas comodo y es mandatorio parar a estirar y a volver a sentir los musculos del cuerpo estirados.

Llegando a Caucasia no podia mas, estaba muy cansada y tenia mucho sueño, tanto así, que a 100 millas por hora me alcance a quedar dormida abrazada al piloto, quien lo noto y me agarro a tiempo evitando un accidente. Me bajé, me lave la cara, camine un poco y estaba lista para volverme a montar, aunque avergonzada porque definitivamente mis ganas de dormir no tienen limites, ni siquiera andando en millas me detengo.

Una vez llegamos a Caucasia paramos a almorzar e hice una siestica para poder continuar el camino sana y salva sin dormirme, había una silla de masajes que se supo aprovechar y el cuerpo recibio muy bien pues el cansancio leugo de 6 horas en moto ya era muy fuerte.

Continuamos el camino haciendo las debidas paradas y en todos los lugares donde se estacionaba la moto ganaba adeptos, nunca falta quien se acerque a mirarla porque es sencillamente impresionante.

Pasadas las siete de la noche ya estabamos en carretera paisa, llovia a cantaros, estaba oscuro y no se veía nada en la carretera, mtoivo por el cual decidimos parar y recorrer las 4 horas que nos separaban de medellin el otro dia en la mañana.

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