jueves, 10 de julio de 2014

El Bandido- Restaurante

Hoy estuve en el Restaurante El Bandido. Queda en Bogotá en la calle de los anticuarios. Hace como un año y medio era imposible ir sin haber reservado con semanas de anticipación. Estuvo super de moda y entrar era una cosa exclusiva. Es una cosa tonta de los restaurantes nuevos en Bogotá, supongo que en todo el mundo debes ser así pero es que me parece que en Bogotá a veces esa exclusividad y rechazo muchas veces no se justifica. En fin.

Hoy fui. El restaurante es francés, tiene una decoración francesa con piano, mesas como de bistró francés y música francesa todo el tiempo. Los meseros están vestidos con jeans, camisas blancas, cargaderas o tirantas y boinas. Nos sentaron cerca a la terraza en una mesa para dos.

La carta de vinos no la miré. La de los cócteles y tragos si y tienen todo lo básico. Los cócteles rondan en promedio los 20 a 25 mil pesos o en dólares unos 12 dólares por coctel. Iba con un amigo y él en todo lo que duró el almuerzo pidió 3 martinis y yo un Leeche Martini (o Lychee Martini, como se quiera escribir). Los cócteles estaban muy buenos, especialmente el mío. Tenía el punto perfecto.

Nos trajeron, casi que apenas nos sentamos, una canasta de pan con mantequilla. El pan era normal y la mantequilla muy cremosa. Estaba bien pero no extraordinario.

La carta de comidas no es muy extensa y esto me gusta. No hay tantos platos pero tampoco es corta del todo y es mejor porque no se pierde uno buscando entre mil cosas que pedir.

Después de analizar el menú pedimos los platos fuertes. La verdad es que el mesero no se acercó nunca a preguntarnos si ya estábamos listos para pedir y eso que ya habíamos comido bastante pan y mi amigo se había acabado su primer martini. Pedimos. Mi amigo optó por un estofado de cordero con cebolla caramelizada y arroz blanco. Yo ordené un salmón al grill con salsa holandesa y una ensalada. Entre el pedido y lo que se tardó la orden en llegar no pasó mucho tiempo. Diría que si acaso 10 minutos. Fueron súper rápidos la verdad. También los cócteles y cualquier cosa que pedimos llegó muy rápido.

El estofado era un poco picante y estaba muy rico. Venía servido en una cazuela al igual que el arroz. El salmón estaba delicioso. Se sentía un poco separado el salmón de la salsa pero al final terminaban combinando muy rico. La ensalada venía en otro plato y era bastante generosa. Eso me asombró porque en el menú decía que la ensalada era pequeña y normalmente en los restaurantes no sirven platos grandes de ensalada. Estaba todo delicioso.

Para finalizar pedí de postre un volcán de chocolate que también llegó muy rápido. Este postre lo pido muy seguido y lo he probado en muchas partes. Casi siempre se demora en llegar. Incluso hay restaurantes en donde hay que pedirlos desde la entrada. Aquí fue muy rápido y estaba súper rico. Venía con helado de vainilla. Me gustó el postre. No es el mejor volcán que me he comido pero estaba muy rico.

Pedí agua para pasar todo lo que había comido y me llevaron un botella gigante muy bien presentada que la verdad era como para tres personas.

En total la comida para dos, consistente en dos platos fuertes, 3 martinis, un lychee martini, un postre y el agua costó 196.000 mil pesos u 80 dólares.

Recomendaría el restaurante. Seguro a cualquiera le iría bien allá y hay para todos los gustos. El precio pues es promedio para lo que hay en Bogotá. No es un restaurante tampoco del otro mundo y la comida está muy bien pero no es tampoco extraordinaria. El servicio podría mejorar. Se nos regó algo en la mesa y nunca lo notaron ni vinieron a limpiar. Para todo había que llamarlos. La música y el ambiente del lugar son excelentes. 

Volvería.

Nuestra mesa.

Estofado de cordero con cebolla caramelizada
Volcán de chocolate con helado de vainilla.